Siempre quiso ser actriz, pero para concretar su sueño debió esperar superar las seis décadas de vida y animarse a contar sobre el escenario todo lo que pasó.
“Este texto surge como resultado de una catarsis. Se convierte en una denuncia sin acusaciones directas a nadie en particular; sí a una época tirana. Esa es la particularidad que da origen a ‘Yo, Cuca’”, afirma Cuca Danna, la autora y protagonista de esta obra teatral, que se estrenará esta noche a las 21.30 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265).
“Mi vida transcurrió como la de cualquier otra mujer de mi época (adolescencia en los años 60) en un ambiente patriarcal, con excesivas restricciones para mis ansias. Mi único plan no difería demasiado del resto de mi género: casarme. La rebelión apareció con el matrimonio, al no aceptar la infidelidad como un bien adquirido con el sacramento. Ya plantear la separación (entonces no había divorcio) era un atentado a los mandatos. Ser separada, una pesada carga para la mirada de censura de la época. El desafío era ser genuina”, relata.
Animarse a concretar esos cambios no fue una tarea sencilla, sino que requirió “de muchos años para darme cuenta que mi condición de mujer, mi género, era la causante de tanto malestar provocado por la distribución despareja de privilegios entre el varón y la mujer”.
Y uno de los logros pendientes era subirse a un escenario: “ser actriz es resucitar ese sueño que estaba anulado primero por decisión paterna y después por la vida misma; vio ahora una tenue luz y decidió atreverse. Cuando actúo siento que floto; que soy feliz”.
Ese atrevimiento, en sí mismo, está ahora dicho en primera persona con formato de unipersonal. “Escribí el texto con mucho dolor y abundantes lágrimas, con la fe de mi amigo Victor Languasco, que me impulsó a que la denuncia sobre mi época se hiciera pública”, resalta.
Para concretar esta experiencia escénica tuvo el respaldo de Gonzalo Véliz, quien asume la dirección y puesta en escena. El vínculo se construyó por recomendación de Adolfo Assad y Viviana Perea.
El director reivindica a Danna a partir de su valentía. “Te vas a encontrar con una mujer rebelde de los 60 y 70, con historias que cuenta en las voces de su vecina, sus tías solteronas, su exnovio y otros personajes que forman parte de este melobiodrama, con el ruido del teléfono que interrumpe su presente. Sus textos reúnen recuerdos, emoción y denuncia. Se empondera como mujer”, afirma.
Lo que primero fueron relatos, mutaron en una situación dramática. “Cuca es muy buena actriz, con gran entrega desde lo psicofisico al teatro, un arte que sana siempre”, concluye Véliz.